domingo, 26 de octubre de 2014

Indiferencia

Es obvio que el conocerte y más aún quererte es a la vez un placer y un horror inenarrable y no me refiero solo a que únicamente encuentro la paz entre tus labios o a lo mucho que aborrezco tu indiferencia anatómicamente patentada, me refiero a que quererte implica desmenuzar la razón y darle nuevas formas para que el cerebro no estalle y la boca se limite a las mentiras cotidianas. Me refiero a que quererte implica deshacer el corazón para adaptarlo a las dimensiones absurdas de tu silencio, procurando siempre que no falte tu sonrisa en mis bolsillos por si acaso falla la paciencia o mis besos se escurren sin permiso hacia vos. Me refiero a que quererte conlleva la titánica tarea de soportarte y la sorda convicción de que no he nacido para más.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario