Ofrezco palabras de amores tristes y luces lejanas. Un poco de melancolía repartida en la semana.
martes, 18 de agosto de 2015
Todos
Mi mente constantemente vaga y en degradé va oscilando entre algunos extremos y algunos medios, visitando alegrías, masticando nostalgias, siempre recordando, escasamente viviendo. Soy, a pesar de ser tantos, un pésimo actor; mi rostro, mis gestos son fieles a mi averiado corazón, son su voz y pronuncian cada una de sus palabras con increíble precisión, obstinación, terquedad. A pesar de ser tantos soy ninguno, a pesar de ser tantos me pierdo en mí mismo y mi esencia es la del viajero, la del ausente permanente. Pero hago aquí una claridad, amada. De todos los que soy, de todos los que no llego a asir con mi aliento, con mi alma, de todos los que me habitan siempre logro encontrar a alguno que te piensa, que te sueña, que te desea en los rincones más verdes y solitarios de mis jardines, siempre bebo con aquel que te consume en sus silencios y te regala su vida con el único interés de verla malgastada en los caminos borrascosos que tus pies no pueden dejar de construir.
domingo, 16 de agosto de 2015
Encontrarte, inventarte
Escribir toda la noche, escribir y no dormir, escribir y recordar al día siguiente, aún con sueño, aún con el cansancio bajo las cejas. Componer lo que no se ha dañado, descomponer las partículas de la cotidianidad, hacerla mierda y devolverle luego el brillo de a pocos para no desgastarla. Escribir con sangre y aprovechar que fluye todavía, agradecer las desgracias, sonreír a lo desconocido, a esa opresión en el pecho, a ese vacío enorme que acompaña las ganas de llorar, de gritar y de odiar con confianza. Escribir y poblar los papeles con todos los silencios de la jornada, y tomarte de pretexto a vos, a vos y a la luna, escribir en hojas dobladas y ya rayadas, esconderlas, utilizarlas como almohada, escribir y borrarlo todo por si las dudas, regalar las palabras, botarlas, deshacerse de ellas como de algo indeseado, tóxico, como de una enfermedad, de un virus resiliente y vitalicio. Escribir y combinar idiomas, lenguas, lenguajes; escupir sobre el papel las tristezas propias y hacer propias las ajenas, inventarse nuevas penas mientras se consignan las añejas y mezclarlas después con las alegrías, y no dormir, y combinarlas, y confundirlas. Escribir para sanar, para morir sin volver, para volver de la muerte y encontrarte en los renglones de lo escrito, encontrarte como te sueño, como te imagino, inventarte conmigo, inventarte a mi lado, inventarte feliz en blanco y negro.
viernes, 14 de agosto de 2015
Semana
Después de una semana de pesadilla, de gritos furiosos dentro y fuera de mi cabeza, de viajes entrecortados y caminos de fuego, de fingir con mediocridad la sonrisa mediocre, de pelear con la vigilia por su obstinada constancia, de hacer oídos sordos a esos dolores que parecen querer llevarse mi vida. Después de una semana de luchar conmigo mismo por el vicio absurdo de ser quien soy, aparece tu luz y tu voz que son la paz que me falta, tus manos me separan de un suelo que ya empieza a habituarse a mi y tus labios devuelven el calor a mi alma frágil, a mi cuerpo que solo ama cuando tu estás.
Una alfombra de cartón
Me deslizo cuesta abajo por una montaña feliz, alejada de ruidos y humos. Un camino verde eterno me conduce veloz hacia la planicie, la luna ilumina el horizonte y espera impaciente su reemplazo. Las horas de vigilia empiezan ya a pesarle bajos los ojos pero su voz sigue intacta, podría, dice ella, cantar diez noches más. Desciendo sentado sobre una alfombra de cartón, sobras lujosas de productos hace mucho olvidados, mi antes caja es un trineo impulsado por la gravedad y la necia voluntad de no morir callado, mi transporte se mueve con la fuerza de todos mis sueños y un par de mis pesadillas, avanza con cada latigazo de una fe que no se decide a abandonarme, con cada grito, con cada llamado a tu amor de nostalgias y silencios.
Paredes
Las mismas paredes que nos protegen y mantienen abrigados se pueden convertir en nuestra fría prisión. Sin embargo hay un sentido de convivencia al interior de estas estructuras que se puede, en cierta medida, explotar, aprovechar, disfrutar. En algún momento de este día fui papel, vos, en tus incansables viajes fuiste pluma, fuiste tinta, fuiste mano, lengua, mente y voluntad y depositaste sobre mi cuerpo tu magia construida una palabra a la vez, modificaste mi geografía en un simple arranque de lumbre y ahora tu historia descansa para siempre sobre mi.
Sinfonía
Este sol que es tu sonrisa se alza seguro de su poder y riega con cada rayo generoso a los sedientos planetas que lo orbitan y veneran. Desde mi jardín las flores se alimentan de vos, se nutren de la música que emana de tus ojos y sus raíces se estremecen al sentirte en su interior. Yo que soy tierra y pasto y humedad siento cada movimiento de esta sinfonía natural impulsada por tu luz, sonrío en un feliz silencio y contemplo cómo, desde que existes, mi parcela estática comienza a latir, a mostrar evidencias tímidas e inconfundibles de calor, color y vida.
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