Ofrezco palabras de amores tristes y luces lejanas. Un poco de melancolía repartida en la semana.
domingo, 18 de octubre de 2015
Mi insomnio y yo
Es tarde y mi insomnio y yo tenemos asuntos que discutir, asi que aqui estoy, al filo de mi cama y de un abismo de silencios que me conducen a vos, a nosotros, a lo que fue y especialmente a lo que no. Mi confesión consiste en visitar mis sombras sin que vos te enteres, ahogando cada intento de fuga, frustrando sus ansias de libertad, castigando el papel y el alma aunque ninguno de los dos lo merezca. El objeto de este paréntesis, de esta debilidad, es hacer explícita la persona que realmente soy en contraste con la que quiero ser; por ejemplo, quisiera no escuchar, no ver ni sentir esta distancia que nos convirtió en tiempo record en dos extraños que fingen pobremente una amabilidad cansada y sin lumbre. En cambio soy el que guarda silencio y refuerza su intencion de indiferencia que solo a veces cumple resignada su función. Quisiera haber sido sincero, haberte mostrado este nudo de fragilidades encadenadas, empecinadas en distraerme de mi tarea inaplazable de vivir, pero no pude, apenas logré mostrarte mi tormento inmediato y pretender que seria capaz de no quererte, de no regalar mis libertades y mis caminos hechos de palabras y errores como siempre lo hago. Debi advertirte que las cosas sencillas no son mi especialidad, que lo complico todo, que a menudo rompo lo que toco y que soy injusto y que soy egoista y que tengo hambre de una felicidad que disfruto negandome. Lo que callo excede enormemente lo que digo, especialmente lo que te digo a vos, por eso aprovecho y vacío mis bolsillos de te extraños, de te quieros, de buenos días y felices noches y todos los cariños tristes con los que buscaba que sientas a mi alma, alma que hasta ese momento emanaba aun calor y luz y Liz. Como no sirvo para las despedidas le doy la bienvenida a tu ausencia, al adios que desde el comienzo estaba escrito después de muy pocos renglones. Camino ahora sin mirarte a los ojos asi como cada uno de estos dias de lejano encierro, carezco de la humildad necesaria para hablarte, carezco de la sabiduria para ser un adulto, asi que te regalo mi silencio y mi distancia y mi indiferencia y la verdad ultima de quien soy: este niño temeroso y solitario, este viejo amargado y terco, este cantante sin voz, este escritor mediocre e incansable. Este pedacito de tu pasado, este fantasma de tu presente.
Algunos absurdos
Necesito de urgencia aprender a olvidar y de paso inventarme un valor que no se si perdí o no poseo.
Necesito escoger mejor lo que creo, aprender otros paisajes.
cambiar de matices, de geografías.
Requiero silencios nuevos, rotación de inventarios,
sabidurías más amplias, protección a la esperanza.
Necesito dotación de fantasía, magia, imposibles;
dormir la ignorancia y dominar el conocimiento,
ahogar el cansancio y despertar la rebeldía.
Necesito matar algunos absurdos, callarlos para siempre,
desterrarlos de mis labios, de mi "alma".
Me hace falta un incendio que me purgue de dudas,
que haga cenizas mis fundamentos y me permita volver a construir.
Me hace falta un reemplazo momentaneo de corazón y entender mi infierno en extensión.
Necesito un mute obligatorio.
Necesito un off parcial.
Necesito escoger mejor lo que creo, aprender otros paisajes.
cambiar de matices, de geografías.
Requiero silencios nuevos, rotación de inventarios,
sabidurías más amplias, protección a la esperanza.
Necesito dotación de fantasía, magia, imposibles;
dormir la ignorancia y dominar el conocimiento,
ahogar el cansancio y despertar la rebeldía.
Necesito matar algunos absurdos, callarlos para siempre,
desterrarlos de mis labios, de mi "alma".
Me hace falta un incendio que me purgue de dudas,
que haga cenizas mis fundamentos y me permita volver a construir.
Me hace falta un reemplazo momentaneo de corazón y entender mi infierno en extensión.
Necesito un mute obligatorio.
Necesito un off parcial.
"Alma"
Quisiera tener la capacidad de escribir canciones,
de sonarlas en la guitarra,
de cantarlas.
Quisiera poder escribir y que se me entienda.
Quisiera no sentir dolor y la consiguiente angustia que con él viene en el "alma" y el cuerpo.
Quisiera tener dominio sobre el silencio y otras bestias.
Quisiera que mi aprendizaje no se base en los golpes.
Quisiera no haber sido tan imprudente o poder seguirlo siendo.
Quisiera poder perdonarme, quisiera ser un poco más paciente conmigo mismo.
Quisiera no desear ser más fuerte o más grande.
Quisiera no sentir miedo.
de sonarlas en la guitarra,
de cantarlas.
Quisiera poder escribir y que se me entienda.
Quisiera no sentir dolor y la consiguiente angustia que con él viene en el "alma" y el cuerpo.
Quisiera tener dominio sobre el silencio y otras bestias.
Quisiera que mi aprendizaje no se base en los golpes.
Quisiera no haber sido tan imprudente o poder seguirlo siendo.
Quisiera poder perdonarme, quisiera ser un poco más paciente conmigo mismo.
Quisiera no desear ser más fuerte o más grande.
Quisiera no sentir miedo.
martes, 18 de agosto de 2015
Todos
Mi mente constantemente vaga y en degradé va oscilando entre algunos extremos y algunos medios, visitando alegrías, masticando nostalgias, siempre recordando, escasamente viviendo. Soy, a pesar de ser tantos, un pésimo actor; mi rostro, mis gestos son fieles a mi averiado corazón, son su voz y pronuncian cada una de sus palabras con increíble precisión, obstinación, terquedad. A pesar de ser tantos soy ninguno, a pesar de ser tantos me pierdo en mí mismo y mi esencia es la del viajero, la del ausente permanente. Pero hago aquí una claridad, amada. De todos los que soy, de todos los que no llego a asir con mi aliento, con mi alma, de todos los que me habitan siempre logro encontrar a alguno que te piensa, que te sueña, que te desea en los rincones más verdes y solitarios de mis jardines, siempre bebo con aquel que te consume en sus silencios y te regala su vida con el único interés de verla malgastada en los caminos borrascosos que tus pies no pueden dejar de construir.
domingo, 16 de agosto de 2015
Encontrarte, inventarte
Escribir toda la noche, escribir y no dormir, escribir y recordar al día siguiente, aún con sueño, aún con el cansancio bajo las cejas. Componer lo que no se ha dañado, descomponer las partículas de la cotidianidad, hacerla mierda y devolverle luego el brillo de a pocos para no desgastarla. Escribir con sangre y aprovechar que fluye todavía, agradecer las desgracias, sonreír a lo desconocido, a esa opresión en el pecho, a ese vacío enorme que acompaña las ganas de llorar, de gritar y de odiar con confianza. Escribir y poblar los papeles con todos los silencios de la jornada, y tomarte de pretexto a vos, a vos y a la luna, escribir en hojas dobladas y ya rayadas, esconderlas, utilizarlas como almohada, escribir y borrarlo todo por si las dudas, regalar las palabras, botarlas, deshacerse de ellas como de algo indeseado, tóxico, como de una enfermedad, de un virus resiliente y vitalicio. Escribir y combinar idiomas, lenguas, lenguajes; escupir sobre el papel las tristezas propias y hacer propias las ajenas, inventarse nuevas penas mientras se consignan las añejas y mezclarlas después con las alegrías, y no dormir, y combinarlas, y confundirlas. Escribir para sanar, para morir sin volver, para volver de la muerte y encontrarte en los renglones de lo escrito, encontrarte como te sueño, como te imagino, inventarte conmigo, inventarte a mi lado, inventarte feliz en blanco y negro.
viernes, 14 de agosto de 2015
Semana
Después de una semana de pesadilla, de gritos furiosos dentro y fuera de mi cabeza, de viajes entrecortados y caminos de fuego, de fingir con mediocridad la sonrisa mediocre, de pelear con la vigilia por su obstinada constancia, de hacer oídos sordos a esos dolores que parecen querer llevarse mi vida. Después de una semana de luchar conmigo mismo por el vicio absurdo de ser quien soy, aparece tu luz y tu voz que son la paz que me falta, tus manos me separan de un suelo que ya empieza a habituarse a mi y tus labios devuelven el calor a mi alma frágil, a mi cuerpo que solo ama cuando tu estás.
Una alfombra de cartón
Me deslizo cuesta abajo por una montaña feliz, alejada de ruidos y humos. Un camino verde eterno me conduce veloz hacia la planicie, la luna ilumina el horizonte y espera impaciente su reemplazo. Las horas de vigilia empiezan ya a pesarle bajos los ojos pero su voz sigue intacta, podría, dice ella, cantar diez noches más. Desciendo sentado sobre una alfombra de cartón, sobras lujosas de productos hace mucho olvidados, mi antes caja es un trineo impulsado por la gravedad y la necia voluntad de no morir callado, mi transporte se mueve con la fuerza de todos mis sueños y un par de mis pesadillas, avanza con cada latigazo de una fe que no se decide a abandonarme, con cada grito, con cada llamado a tu amor de nostalgias y silencios.
Paredes
Las mismas paredes que nos protegen y mantienen abrigados se pueden convertir en nuestra fría prisión. Sin embargo hay un sentido de convivencia al interior de estas estructuras que se puede, en cierta medida, explotar, aprovechar, disfrutar. En algún momento de este día fui papel, vos, en tus incansables viajes fuiste pluma, fuiste tinta, fuiste mano, lengua, mente y voluntad y depositaste sobre mi cuerpo tu magia construida una palabra a la vez, modificaste mi geografía en un simple arranque de lumbre y ahora tu historia descansa para siempre sobre mi.
Sinfonía
Este sol que es tu sonrisa se alza seguro de su poder y riega con cada rayo generoso a los sedientos planetas que lo orbitan y veneran. Desde mi jardín las flores se alimentan de vos, se nutren de la música que emana de tus ojos y sus raíces se estremecen al sentirte en su interior. Yo que soy tierra y pasto y humedad siento cada movimiento de esta sinfonía natural impulsada por tu luz, sonrío en un feliz silencio y contemplo cómo, desde que existes, mi parcela estática comienza a latir, a mostrar evidencias tímidas e inconfundibles de calor, color y vida.
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