Los fantasmas a los cuales las palabras dichas dan vida, merodean y atormentan la paz y el sueño de quienes deciden darles crédito. Por otro lado hay silencios capaces de ahogar el más brillante de los días, así esto no tenga sentido alguno. Desfilan hoy las dudas y las acusaciones, desfila la incertidumbre que ya ha probado ser incansable, desfila la poca confianza y la predilección por el dolor. Yo observo desde mi rincón sin luz todo cuanto sucede, observo mientras mi piel se marchita y la vida se empieza a mostrar indiferente. Cada voz del pasado suena a otra, incluyendo la mía, y empieza el juicio paciente de cada caricia, cada beso, cada noche, cada copa, cada amor.
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